viernes, 2 de mayo de 2008

"Ultimátum a la Tierra", el día que se paralizó el planeta.

«Klaatu Barada Nikto»

El cine es un medio de expresión que depende en gran medida de las circunstancias de la época en que se rueda una película. De una forma u otra las inquietudes, intereses y quehaceres de la época contemporánea tienen reflejo en el cine y hay veces que un hecho es suficientemente traumático como para acaparar gran parte de un género cinematográfico. Ese es el caso del cine de Ciencia Ficción de los años 50, que auspició el miedo a la vuelta a la Guerra, el miedo a la invasión soviética, el miedo a la energía nuclear y el miedo a que su "american way of life" se viera interrumpida. El género de la Ciencia Ficción (o Ci-Fi o Sci-Fi) antes de los años 50 no era considerado como tal, era escaso —aunque con mucha influencia— y no se basaba plenamente en la Ciencia para desarrollar la historia, sino en cierta manera. De la primera mitad del s. XX permanecen en la memoria películas como "Viaje a la Luna" (1902, basada en el clásico de Julio Verne), "Metrópolis" de Fritz Lang (1927), "La Mujer en la Luna" también de Lang (1929), "Aelita" (1924) o "La Vida Futura" (1936, basada en la novela de H.G. Wells), clásicos que quizá formaron la estructura del cine de Ciencia Ficción que estaba por venir pero que aún distaba mucho en complejidad y argumentos con éste.

De la misma forma que hoy en día todas las películas de un amplio abanico de géneros (por no decir todos) tratan implícita o explícitamente el tema del terrorismo, del miedo a ser atacados cuando y donde menos te lo esperas, en los años 50 se vivían los primeros años de la Guerra Fría entre EEUU y la URSS y aún estaba muy presente en la consciencia de la gente el brutal fin de la Segunda Guerra Mundial con esas dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, por lo que el peligro atómico estaba muy presente también. Con estas dos amenazas rondando las cabezas americanas parecía imposible que no se vieran reflejadas estas inquietudes en algún medio, y en uno de los que mejor y más representativamente representan este tipo de situaciones surgió un tipo de película que comenzó a proliferar hasta el punto de crear un género perfectamente articulado, como es el de la Sci-Fi. Una de las películas más representativas de este género y del cine clásico en general es "Ultimátum a la Tierra" ("The Day the Earth Stood Still"), que representó de una forma exquisitamente simbólica los miedos al extraño y a la carrera nuclear en 1951.

Con cierto toque de película de terror el film nos presentaba un ser alienígena llamado Klaatu descendiendo a la Tierra —en Washington, por supuesto— en un platillo volante, un ser con una fisionomía idéntica a la humana pero con una inteligencia superior, que ha estado observando por años a los humanos y ha aprendido sus costumbres y lengua. En el platillo le acompaña un robot con aspecto humanoide llamado Gort, una criatura con un inmenso poder destructivo que responde a las órdenes de Klaatu y que es capaz de exterminar la vida en el planeta. La venida del alienígena a la Tierra responde a un motivo: quiere convocar una reunión a nivel mundial con los líderes de todas las naciones para darles un mensaje, pero no cuenta con que el ser humano es mezquino y orgulloso por lo que no consigue siquiera que puedan realizar la reunión. Klaatu intenta dar una advertencia a la humanidad, deben parar la carrera atómica para no ser una amenaza para ellos mismos y sobre todo para el resto del universo: «Mientras os limitabais a luchar entre vosotros con tanques y aviones primitivos no nos preocupaba. Pronto una de vuestras naciones aplicará la energía atómica a los cohetes. Eso amenazará la paz y la seguridad de otros planetas. No podemos tolerarlo.». El mensaje es claro, si no se cumple con los requisitos Klaatu ordenará a Gort que extermine a la raza humana.

Cabe destacar la primera reacción del ejército americano al llegar Klaatu, todos los cañones y armas apuntan al platillo y al visitante y al intentar éste mostrar un artilugio que haría un bien a la humanidad recibe un disparo. Lo primero que hace el ser humano es desconfiar, un claro distintivo de nuestra raza ante lo desconocido. El extraño es una clara representación de la amenaza soviética, el temor a que el modo de vida norteamericano se extinga cierra la mentalidad americana de forma que el extraño es una amenaza, ya sea un soviético o un alienígena que lo represente.

El uso de la energía nuclear es otro de los temas candentes de la época y del film, en ocasiones los personajes se sorprenden de ver como la energía atómica puede utilizarse para medios que no sean de destrucción, como cuando destacan que la energía que impulsa el platillo es nuclear y no solo se utiliza para bombas. La carrera espacial se toca muy de soslayo en "Ultimátum a la Tierra", Klaatu es un viajante interestelar y recorrer las distancias entre planetas es algo mundano en su rutina. Hay que tener en cuenta que aún quedaban casi 20 años para el alunizaje de Neil Armstrong y ese concepto se veía muy de Ciencia Ficción entonces, solo representado en películas de la época como "Cohete K1" (Kurt Newman, 1950), película en la que un grupo de astronautas viajaban a Marte donde encontraban los restos de una civilización destruida por una catástrofe nuclear, o "Con Destino a la Luna" (Irving Pichel, 1950) enfocada desde un punto de vista completamente realista.

Volviendo a la invasión alienígena, en "Ultimátum a la Tierra" era una de las primeras películas en las que la visita de un ser extraterrestre no era con motivo de la destrucción de la raza humana o del planeta, sino que el mensaje era pacifista —en principio— y se intentaba mejorar las relaciones entre ellos mismos. No seguía la línea de películas posteriores como "La Guerra de los Mundos" de Byron Haskin (1953, basado en una novela de H.G. Wells) donde unas naves con ojos tricolores destruían todo a su paso. En este caso la amenaza es principalmente la propia autodestrucción, en todo caso la película es una metáfora de la autedestrucción humana que en aquella época estaba infundada por el pánico nuclear. De hecho uno de los grandes impulsores del nacimiento del cine de Ciencia Ficción es la unión entre el terror atómico y la fiebre platillos volantes, creada por revistas de Sci-Fi años antes (en 1947 se data el primer avistamiento de un OVNI). Esa mezcla entre Ciencia Ficción y terror, que cambiaba de las figuras mitológicas al miedo de la invasión/bombardeo soviético es el que generaría la corriente donde del cine de la ciencia surgirían nuestras peores pesadillas, ya que siempre nos queda el temor de que la ficción se convierta en realidad.

No puedo evitar ver ciertas semejanzas de esta película con la grandiosa novela de Arthur C. Clarke "El Fin de la Infancia" (1953) cuyo planteamiento inicial se parece, el hecho de haber una raza alienígena superior que nos vigila y controla y que baja del cielo para hacernos la vida más fácil, no siendo así su desarrollo y mucho menos el final. Y recientemente en la serie "Masters of Science Fiction" hemos podido ver un episodio en claro homenaje a la película, "The Awakening" donde seres extraterrestres proponían a la humanidad el desarme bajo la amenaza de represalias. De hecho la influencia de "Ultimátum a la Tierra" está patente no solo en la corriente de películas que se generaron a partir de ésta y otras de la misma época como "Cohete K1", "Cuando los Mundos Chocan" (Rudolph Maté, 1951), "El Increíble Hombre Menguante" (Jack Arnold, 1957), "La Guerra de los Mundos", etc. sino en la cultura popular como una de las obras más representativas de la Ciencia ficción, y una de las inauguradoras de éste género tal y como lo conocemos hoy en día.

La película que contó con un presupuesto medio, sacó el máximo partido y como hacen las buenas producciones de Serie B aguzó el ingenio para aprovechar los recursos. Los efectos son más que aceptables, pese al eminente tacto de plástico del robot Gort (aunque bien pensado, quien sabe cómo será un material ultrarresistente del espacio sideral) y el aspecto humano de Klaatu. Personalmente me encantan detalles como el aterrizaje de la nave, la apertura de la misma sin dejar ver ninguna ranura en la rampa ni en la entrada (como las esferas de "El Fin de la Infancia") y el láser de Gort. La película está dirigida con pulso por Robert Wise ("West Side Story", "La Amenaza de Andrómeda", "Sonrisas y Lágrimas"), mostrando una serie de travellings muy bien pensados en ocasiones y mostrando esa clásica estática de la época en otros, aunque la gran mayoría de las veces buscando planos interesantes y rebuscados y luciendo siempre una estupenda iluminación jugando con sombras muy acentuadas, gracias al director de fotografía Leo Tover. Hay recursos muy elaborados y escasos en la época, como fundido de dos secuencias parecidas (camiones del ejército / coches carretera), cambios de plano a lo Kurosawa o algún zoom interesante como el de la televisión que transporta a la acción que transcurre dentro. Los personajes pueden reducirse a 4 o 5 secundarios contando a Helen y su hijo Bobby, ambos receptivos a escuchar a Klaatu y ambos sintiendo atracción por él (de forma distinta, evidentemente), el profesor Barnhardt, otro personaje dispuesto a escuchar pero que tiene que lidiar con los problemas de la incomunicación humana, el promotor de la reunión de científicos y cabezas pensantes del planeta, y Tom el prometido de Helen, la representación de los males de la humanidad, extremadamente egoísta y necio, tanto como para no darse cuenta de que puede estar condenando a la raza humana. Se dice también que Klaatu puede ser una cierta simbolización de Jesucristo; para empezar su sobrenombre es Carpenter (carpintero), el trabajo que tuvo Jesús en vida, para seguir tiene una gran paciencia con la humanidad, dándole un par de oportunidades para escucharle, y para acabar resucita una vez ha sido traicionado y sacrificado para volver a los cielos. Dicha personificación del alienígena con su misión de advertencia son una metáfora perfecta del desarme mundial y de la disolución del la Guerra Fría. Pero el concepto de "policía espacial" introduce una extraña contradicción, una policía extra planetaria formada por robots humanoides como Gort que en caso de no acatar las órdenes de pacificación serán exterminadas en pro de un bien universal. Se plantea una cuestión que bien podría aplicarse a cualquiera de los dos bandos de la Guerra Fría: ¿es lícito eliminar a una nación (planeta) que es capaz de causar mal a otro país (planeta)? Pese a ese final ambivalente no se pierde el mensaje pacifista/antimilitarista de la película y queda clara la metáfora.

Un aspecto muy destacable del film es su música, compuesta por Bernard Hermann ("Ciudadano Kane") con el uso de un instrumento tan curioso como clásico, el Theremin, una caja de madera con dos antenas que producía unos sonidos agudos según la distancia de las manos a las antenas. Este famoso instrumento inventado en 1919 se convirtió en un estandarte de los filmes de terror y ciencia ficción de los años 40 y 50, siendo en "Ultimátum a la Tierra" la película en la que mayor presencia tiene y más recordado es. El tema principal así lo demuestra, un clásico imperecedero que transpira suspense y que le da al film ese tono futurista que tan bien le viene.

No sorprende —aunque si molesta— que Hollywood quiera volver a remakear la enésima obra clásica de su cine, esta vez estaba claro que debía ser una de los 50 de nuevo y tras planear para este año el remake de "Cuando los Mundos Chocan", también será de la mano de Scott Derrickson ("El Exorcismo de Emily Rose") que nos llegará el remake de "Ultimátum a la Tierra", donde Klaatu será interpretado por Keanu Reeves y Helen por Jennifer Connelly. A pesar de que normalmente no aporten nada con este tipo de remakes con contadas excepciones (soy de los que le gustó "La Guerra de los Mundos" de Spielberg en 2005) tengo interés en ver como actualizan a Gort, puede ser algo realmente curioso. Quizá le pongan tentáculos como a las naves de la película de Spielberg.

"Ultimátum a la Tierra" es una película imprescindible para los amantes de la Ciencia Ficción, una herramienta básica para entender el género tal y como es hoy y una muestra de que en el cine no todo es el presupuesto, un buen guión con una imaginativa puesta en escena es suficiente para crear una joyita que pueda permanecer en la memoria colectiva aún pasados más de 50 años desde su estreno. Si bien hay obras bastante superiores en la década siguiente se debe apreciar tal y como es y en su contexto, la madre (o una de las madres) de la Ciencia Ficción.

Mi puntuación: 7/10.

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